Es una de las imágenes más llamativas y enigmáticas que nos pueden ofrecer los pantanos y la sequía, es la iglesia de Sant Romà en el pantano de Sau (Cataluña), se encontraba dentro del dominio del castillo de Cornil o de Corneli y ya se documentó en el año 1025 y en el 1050. En el lugar de la antigua iglesia, se construyo otra de nueva que consagró Guillem de Balsareny, obispo de Vic, en el año 1061 o en el 1062. Posteriormente se le añadieron capillas laterales y se alzo la cubierta.
En el siglo XVIII desapareció el ábside, se cubrió el campanario con una cubierta piramidal y se giro la orientación del templo. Desde la construcción del embalse de Sau, en la década de los 60, permanece sumergida bajo las aguas, pero en años de sequía, como es este, se puede visitar la iglesia.
Es una iglesia de una sola nave. En el muro norte se conservan arcos lombardos encima de las cuales cambia el aparato constructivo que hasta este punto era de sillares y después de mampostería. A poniente hay una ventana cuadrada y cegada. La vuelta esta caída. En la parte norte se adosa un esbelto campanario de planta cuadrada con tres pisos.
Y ahora los turistas acuden en gran número a ver la iglesia del siglo XI en medio del polvoriento lecho del embalse y esto está repercutiendo también en la vecina Vilanova de Sau que está disfrutando de un «boom» turístico.
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