La cocina del Cid

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El libro de Miguel Ángel Almodóvar, La cocina del Cid (Nowtilus) descubre al lector la historia de la cocina en tiempos de Rodrigo Díaz de Vivar y las mejores recetas medievales que alegraron los días de destierro del histórico personaje, un guerrero que ganó batallas después de muerto, o eso al menos se decía en la Historiografía clásica.

Son cuestiones como esta o películas sobre El Cid al más puro estilo Hollywoodiense las que no han contribuido precisamente a que nos hagamos una idea de cómo fueron realmente la vida, las costumbres, la comida, los tabúes y los miedos del nuestro medievo. Son libros como el de Almodóvar los que ayudan a desmontan muchos de los tópicos que se han instalado en el imaginario popular, aparte de rescatar historias y anécdotas muy poco conocidas.

La cocina del Cid, por ejemplo, plantea al lector algunas curiosas preguntas y luego las responde, aportando una buena documentación. ¿Tuvo que enfrentarse el Cid a una huelga de hambre? ¿Los ajos que comía el Cid los habían traído los romanos desde Egipto? ¿Fueron sus amigos moros los que enseñaron a Rodrigo Díaz de Vivar a hacer escabeche? ¿En qué consistía el mirrauste de palominos?

El libro ofrece un repertorio de 73 recetas claves de la Edad Media, que detalladas por vez primera en ingredientes y tiempos de cocción, conservan el misterio de los siglos oscuros. Recetas excelentes de una cocina macerada entre aullidos de guerra y silencios de convento, pero también una gastronomía en buena medida excesiva y hasta brutal, sin ningún equilibrio alimenticio a la luz de la dietética actual.

Cuenta de este modo Almodóvar la sustancia central de su libro: «Hace ahora mil años que un infanzón burgalés, Rodrigo Díaz, logró elevarse por entre una maraña de batallas, intrigas palaciegas, destierros y afrentas, para ganar los títulos de Señor y Campidoctor, en severos duelos», afirma el investigador. «El Cid se esforzó en conseguir el sustento cotidiano, compartió asados con la grey cristiana y se regaló en las refinadas mesas de sus amigos musulmanes», revela el escritor.


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Un comentario en «La cocina del Cid»

  1. Qué buena!! Ya me veo cocinando lo que comía el Cid en sus andanzas.

    Por cierto está super interesante el blog, cuando tenga tiempo libre lo leo (ahora no porque los certámenes estorban, tú comprendes, llegué acá buscando un mapa de la europa medieval xd)

    Saludos!

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