El Archivo Histórico Provincial de Asturias ha rescatado una colección de 66 carpetas de música medieval de los siglos XII a XIV que permanecían ignoradas bajo una pátina de suciedad y se habían usado como forro de libros de protocolos notariales de los siglos XVI y XVII.
El conjunto salvado del olvido se ha convertido en el fondo más antiguo del archivo. Pasó siglos sirviendo de encuadernación a papeles notariales de Oviedo. Fue en la década de los 80 cuando un investigador reparó en que, bajo la pátina de polvo de las cubiertas de los libros de actas que estudiaba se podían observar unas notas musicales. Hasta el año 2000 no hubo presupuesto para resanar este grupo de códices, pero la actual directora del archivo, acaba de completar la restauración, y ahora se dispone a hacer lo mismo con otro conjunto parecido encontrado en el archivo del monasterio de Corias, recientemente llegado al de Oviedo.
Fueron las monjas benedictinas de San Pelayo las que realizaron la restauración. Sacaron las guardas de las actas, las lavaron, hicieron un análisis de la tinta y la protegieron con fijador.
A partir del siglo XII, la Iglesia cambio el rito. Pasó de cantar la liturgia en latín, al castellano. Todos los libros litúrgicos que se utilizaban para la Misa en los conventos y abadías quedaron en desuso, pero eran muy valiosos, porque estaban hechos en pergamino y, en vez de tirarlos, los clérigos los vendieron a guarnicioneros que los convirtieron en cinturones, bolsos o zapatos, y el resto, en el siglo XVI, lo vendieron a ciertos notarios de Oviedo que querían encuadernar sus conjuntos de protocolos. Cuatrocientos años después llegaron al Archivo Provincial de Oviedo.
Gracias a los notarios, dice la directora del Archivo, «se salvó un conjunto importante de música medieval asturiana».
Todo el conjunto está compuesto por códices litúrgicos musicales y su interés es histórico, documental y también artístico porque están hechos a mano y son de una gran belleza. Es el trabajo realizado por los amanuenses que trabajan en los scriptorium de los monasterios copiando obras escritas. Están hechos con tinta de carbono y plumas. Las notas son de música gregoriana (neumas). Las capitulares están decoradas para darle belleza al códice con colores púrpuras puros, añiles, amarillos y verdes.
Eran libros de grandes dimensiones que se colocaban sobre un atril central para que los vieran todos los monjes desde el coro. Es música para misas, rezos comunitarios y otros oficios. Se salvaron 66 carpetas. En cada una hay un documento que suele tener texto por el anverso y por el reverso.
Muchos de los textos y partituras rescatados de los protocolos de Oviedo se conocían gracias a los repertorios de música medieval.
Los códices antiguos hallados en Asturias están escritos con letra carolina en el caso de los de los siglos XII y XIII, y con gótica, los del XIV. «Se trata de un conjunto fundamental para la musicología asturiana», indica la directora del Archivo.