“Codex Templi”, un libro que pretende “desmitificar” la imagen de los templarios

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El Círculo de Bellas Artes de Madrid acogió ayer por la tarde la presentación del libro Codex Templi de la editorial Aguilar. La obra está avalada por Templespaña, la sociedad de estudios templarios y medievales más importante de España, y ha sido escrita por un nutrido grupo de investigadores e historiadores especializados en distintas disciplinas.

En la conferencia participaron cinco de los autores de la obra, entre los que se encontraba, Fernando Arroyo Durán, director del libro y presidente fundador de Templespaña.

Según Arroyo Durán, “el libro nace con vocación de desmitificar” muchas de las falsas creencias que se han originado alrededor de los templarios “y analiza sin prejuicios” los datos históricos que, en muchas ocasiones, se han tergiversado y han sido difundidos sin el debido rigor histórico.

El periodista y escritor Carlos García Costoya expuso las vinculaciones que existen entre los templarios y la Vera Cruz. Según García Costoya, hay siete enclaves templarios donde se veneraba la Vera Cruz, entre los cuales, el más conocido es el de Caravaca (Murcia).

En su intervención, José Antonio Hurtado García, ingeniero aeronáutico e historiador, argumentó que “todos tenemos una falsa idea de cuáles son los misterios del Temple”. En este sentido, Hurtado expuso una hipótesis que relaciona la redacción del Tratado de Tordesillas en 1492 con un mapa perteneciente a los templarios.

Su exposición demostró que la división de los territorios descubiertos en América entre Portugal y Castilla no pudo hacerse con ninguno de los mapas que hoy se conocen de la época. Por tanto, sostuvo la teoría de que el mapa que se utilizó en el Tratado era una carta de coordenadas de origen musulmán que los templarios dieron a conocer.

José Carlos Sánchez Montero, Licenciado en Derecho, desmontó la creencia de que los templarios guardaran grandes riquezas y explicó que “los fabulosos tesoros del Temple eran sus 1.500 encomiendas, hospitales de carácter gratuito, conventos y cientos de villas”. Para Sánchez Montero, “la riqueza de los templarios procedía sobre todo de donaciones” y el destino de las mismas era, la mayor parte de las veces, la “obra social”.

La Orden de los Templarios fue aniquilada por la Inquisición en tiempos del Papa Clemente V, debido a las graves acusaciones que el rey de Francia, Felipe el Hermoso, y sus colaboradores levantaron contra ellos. Sin embargo, Sánchez Montero aclaró que en 2001, una investigadora “encontró en los archivos vaticanos un documento firmado por Clemente V, que exoneraba a los templarios de estas falsas acusaciones” y, por tanto, daba fe de su inocencia.

Finalmente, el periodista Juan Ignacio Cuesta Millán habló de los enclaves templarios situados en España. “Es posible que los templarios no encontraran en Jerusalén grandes reliquias sino grandes secretos sobre la construcción, como por ejemplo la medida áurea”, aclaró Cuesta. Además, explicó cómo todas las edificaciones templarias buscan dar gloria a Dios, intentando producir estados alterados de conciencia mediante la acústica y las celosías. Esta intencionalidad se ve claramente reflejada en su lema Non nobis, Domine, non nobis, sed Nimini tuo da gloriam (No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu Nombre da la gloria).

Juan Ignacio Cuesta afirmó que “lo que realmente hicieron los caballeros del Temple fue buscar a Dios como podían: cantando, construyendo y, sobre todo, estudiando”.

Durante la presentación se hizo alusión a la película recién estrenada, El Reino de los Cielos, de Ridley Scott, que trata sobre las Cruzadas. Los ponentes destacaron que esta superproducción carece de argumentación histórica y da una visión errónea y falseada de los templarios. Juan Ignacio Cuesta sentenció: “es como El Señor de los Anillos, batalla tras batalla pero poco análisis histórico”.


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