Los grafitis de los monjes medievales

Santiago de Peñalba (León)
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Leo con interés una noticia publicada en el Diario de León,

Bajo este mármol, sepultado en Cristo, está Esteban, abad insigne, intachable en las costumbres, verdadero hombre del Señor, recto y severo en la vida, discreto, sabio, sobrio y paciente…

Estas palabras son parte de uno de los grafitis descubiertos en los muros de Santiago de Peñalba (León). La inscripción funeraria se conserva en una de las jambas de la puerta de acceso al cementerio desde la nave del templo y glosa la figura del abad que introdujo la regla benedictina en Peñalba.

Según informan en el periódico leonés ha sido a raíz de una investigación realizada por Milagros Guardia, profesora de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona, patrocinada por la Fundación del Patrimonio donde se ha estudiado uno de los hallazgos más reveladores del monasterio altomedieval leonés de Santiago de Peñalba.

Santiago de Peñalba (León)

La profesora destaca que las inscripciones monumentales tenían en la Edad Media la función de dar a conocer actos y ceremonias fundamentales. Los más comunes eran la fecha y circunstancias de consagración de un edificio, la alabanza de su fundador o el recuerdo de las cualidades del difunto. La realización pasaba por distintas fases. Milagros Guardia subraya que la primera de ellas consistía en la redacción del texto en cursiva, a la que seguía su transcripción en letras capitales. A partir de este modelo, el incisor la trasladaba a la piedra, entendiera o no su significado. La investigadora añade que en ocasiones, y debido al analfabetismo del incisor se producían algunos errores.

En otras ocasiones estas inscripciones se realizaban simplemente por exhibicionismo reprimido o por la necesidad del autor de negar su anonimato, como simple expresión espontánea. Estos son los que, según la autora de la investigación, ofrecen la información más interesante, por cuanto que nos abren la puerta de la mentalidad de la época. Hay que incidir en el hecho de que los monjes dedicaban entre cuatro y ocho horas diarias a la oración. Y es precisamente en el coro, el espacio destinado al rezo, donde se han localizado la mayoría de los grafitos. Junto a los nombres propios, en muchos casos repetidos (Genadius, Martinus, Rodericus…), destacan también los signos complejos, como el nudo de Salomón que, según la profesora refiere a un universo de creencias ancestrales. Importantes resultan también los dibujos de figuras humanas o animales.

En los muros del coro, una serie abundante de animales de distinta especie se completa con dos de los tópicos del imaginario medieval las inquietantes parejas de sirena-pájaro y centauro. «Ambas figuras encarnan esencialmente el pecado de la lujuria y de un modo más amplio, el engaño herético y los placeres el mundo, incluyendo la música profana», asegura la profesora.

Santiago de Peñalba (León)

La investigadora hace hincapié en el hecho de que en gran número de grafiti, la indumentaria de las figuras humanas está realizada al detalle, sobre todo en los casos de la vestimenta de los monjes: túnica, escapulario y capa con capucha. Otro detalle resaltado por Milagros Guardia es la reiteración de las figuras a caballo, que demuestra la importancia de las monturas, indispensables para los desplazamientos desde el monasterio a los núcleos habitados.

Realmente un estudio y un hallazgo interesantísimo que podremos completar gracias al próximo número de la revista Patrimonio, de la Fundación Patrimonio Artístico del Ministerio de Cultura.


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