El director de la Real Academia de la Lengua (RAE), Víctor García de la Concha, ha calificado de «maestro de la literatura» al poeta Jorge Manrique, de quien dijo «tuvo un papel fundamental en la literatura del siglo XV».
García de la Concha abrió con sus palabras el Congreso Internacional Jorge Manrique «En las guerras y en las paces», que se celebra en la localidad natal del escritor, en Paredes de Nava (Palencia).
El responsable de la Real Academia insistió en «el papel culminante» que la obra del poeta tuvo en la literatura de su época y puso como ejemplo «la gran repercusión que tuvo en el siglo después a su muerte», el siglo XVI.
En una de las mesas, que conformaban la primera jornada del Congreso también intervino el etnógrafo Joaquín Díaz, que también destacó el papel del poeta palentino en la literatura de la época.
«Su legado existencial a través de las coplas llega a cualquier persona de cualquier lengua», indicó, tras lo que explicó que junto a otros tres investigadores pretendían analizar «el universo en el que vivió Jorge Manrique» para llegar a comprender «el desarrollo que tuvo el artista».
Joaquín Díaz dijo que el principal acierto del poeta es «haber hecho unas coplas que resumen la línea entre el amor y la muerte, entre la vida y la muerte, algo tan complicado de describir para cualquier ser humano».
Sin dejar a Jorge Manrique, el cantautor Paco Damas ha puesto ritmos y melodías modernas a poemas medievales de autores como Jorge Manrique, Gil Vicente o Nicolás Guevara, entre otros, en su último trabajo discográfico titulado «Once canciones de amor y una reina», en honor de Isabel la Católica en el V centenario de su muerte.
Coplas de Don Jorge Manrique por la muerte de su padre:
Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte,
contemplando
cómo se passa la vida;
cómo se viene la muerte
tan callando;
cuán presto se va el plazer;
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parescer;
cualquiere tiempo passado
fue mejor.
Es que los versos de Jorge Manrique son impresionantes y calan muy hongo en el alma… porque están cargados de vieja verdad.
Al fragmento seleccionado en el mensaje, le voy a añadir un texto mucho más antiguo y que Manrique, sin duda alguna, conocía bien, el prólogo, el comienzo del texto bíblico del Eclesiastés:
1 Palabras de Cohélet, hijo de David, rey en Jerusalén.
2 ¡Vanidad de vanidades! – dice Cohélet -, ¡vanidad de vanidades, todo vanidad!
3 ¿Qué saca el hombre de toda la fatiga con que se afana bajo el sol?
4 Una generación va, otra generación viene; pero la tierra para siempre permanece.
5 Sale el sol y el sol se pone; corre hacia su lugar y allí vuelve a salir.
6 Sopla hacia el sur el viento y gira hacia el norte; gira que te gira sigue el viento y vuelve el viento a girar.
7 Todos los ríos van al mar y el mar nunca se llena; al lugar donde los ríos van, allá vuelven a fluir.
8 Todas las cosas dan fastidio. Nadie puede decir que no se cansa el ojo de ver ni el oído de oír.
9 Lo que fue, eso será; lo que se hizo, eso se hará. Nada nuevo hay bajo el sol.
10 Si algo hay de que se diga: «Mira, eso sí que es nuevo», aun eso ya sucedía en los siglos que nos precedieron.
11 No hay recuerdo de los antiguos, como tampoco de los venideros quedará memoria en los que después vendrán.
(Eclesiastés 1)