El 21 de julio del año 365 un tsunami devastó la ciudad egipcia de Alejandría. Se recordó durante siglos como el día del horror la fecha en que los cadáveres flotaban en las calles y los barcos atracaban en los tejados.
Ahora un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) afirma haber descubierto el lugar desde el que partió aquella ola gigante y sugiere además que un fenómeno similar podría volver a suceder, incluso antes de lo previsto.
Para identificar el origen de aquel tsunami, el equipo científico dató con Carbono 14 un grupo de corales de la costa este de Creta que emergió durante la sacudida, según explica New Scientist. La distribución de los corales y su edad idéntica indica que todo el arrecife fue elevado por un solo terremoto. Los investigadores creen que el único fenómeno con la potencia necesaria para dar un empujón de esa magnitud sería un terremoto originado en una falla de la fosa Helénica.
Los científicos desarrollaron un modelo informático para recrear los efectos provocados por aquel desplazamiento tectónico. Calcularon que habría desencadenado una ola que llegó hasta la costa africana, asolando Alejandría y el delta del Nilo.
Y además dicen que puede repetirse…