Concluye el campo de trabajo del Cerro del Castillo

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El pasado domingo finalizó el campo de trabajo organizado por la Junta de Castilla y León. La temática del mismo ha sido la recuperación arqueológica del emplazamiento del Cerro del Castillo de Bernardos (Segovia).

La novedad de este año ha sido la escasa participación que registró. Sólo seis personas procedentes de distintos lugares de España y con edades comprendidas entre los 19 y los 24 años llegaron a esta localidad frente a las aproximadamente veinte personas que lo hicieron el pasado año con el objetivo de llevar a cabo estas tareas.

Probablemente el hecho de que la publicidad saliera demasiado tarde ha motivado la escasa demanda y ha hecho que sólo pueda celebrarse uno de los dos campos de trabajo previstos por la Junta de Castilla y León. «Se han agrupado las solicitudes de forma que al menos uno pudiera llevarse a término», señaló uno de los monitores.

Por otra parte, los participantes procedían de áreas de estudio muy diversas, desde medicina hasta topografía y desde economía hasta química, pasando por filología inglesa. En opinión de Igor Escudero, el arqueólogo que ha dirigido la intervención, la inexperiencia de los trabajadores ha propiciado un caracter didáctico y que «las tareas se hayan centrado en la limpieza y manutención de lo ya descubierto».

Además, el hecho de ser un equipo pequeño ha hecho de los trabajos «clases particulares de arqueología para los jóvenes», añadió Igor Escudero, que admitió estar «muy contento con el funcionamiento del grupo».

En el yacimiento del Cerro del Castillo queda huella de la guerra civil entre el emperador Teodosio, procedente de la Villa de Coca, y Constantino III en el siglo IV, que motivó que la población abandonara las villas y se encastillara en el cerro, donde construye las primeras murallas. En el siglo V los visigodos llegan al lugar y la reparan. Más tarde, los musulmanes encalan la pared exterior y construyen un nuevo muro en el interior. Queda patente el contraste entre visigodos y musulmanes que son expulsados por los cristianos. Estos últimos abandonan intacto el emplazamiento y vuelven a las villas. El yacimiento del Cerro del Castillo, en Bernardos, sobre el que se han realizado los trabajos, es uno de los más prometedores del momento. Su estructura hace de él una posible fuente de información sobre los visigodos, uno de los pueblos que menos se conoce desde el punto de vista de la arqueología. Sus construcciones han sido siempre derribadas y construidos sobre sus ruinas nuevos emplazamientos.


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