La excavación que un equipo del Consorcio de la Ciudad Monumental realiza en el convento de San Andrés ha puesto al descubierto una serie de enterramientos superpuestos de la época islámica y cristiana, una muralla del siglo X y restos pertenecientes a cuatro iglesias distintas.
El arqueólogo, Santiago Feijoo, explicó que los restos islámicos arrojan que eran personas más robustas y altas que los cristianos, por lo que un antropólogo estudiará estos esqueletos para dar más detalles a cerca de la alimentación.
También hay un esqueleto que no tiene manos que puede pertenecer a un ladrón, ya que según la ley islámica de la época, a quien robaba se le cortaba una mano y al reincidente las dos.
Sobre la muralla del siglo X, dijo que «no había documentación» y que tiene un buen tramo de construcción, con un foso y una barbacana defensiva que se sitúa justo delante.
En cuanto a las iglesias, la primera es de época visigoda, en el siglo XIII se restaura y entre los siglos XIII al XV se convierte en cementerio. Después en el XVII aparece la iglesia de San Juan, que fue donada y de la que se tenía constancia, ésta fue derribada un siglo después y posteriormente, ya en el XIX, se aprovecha parte de la estructura donde se levanta la iglesia de Santo Domingo, de la que se pueden ver hoy en día una espadería y varias sacristías.