Los propietarios de la ermita románica (siglo XII) de San Cristóbal, en Aldeavieja (Ávila), han sacado a la venta el inmueble por dos millones de euros, debido a la falta de apoyo institucional y por motivos profesionales, según explicó su dueño, Manuel Seco de Arpe.
Desde que hace cuatro meses se puso a la venta el inmueble, una veintena de personas, la mayoría de Madrid, se ha interesado por la ermita, aunque hasta el momento nadie ha cerrado la compra.
El edificio, rehabilitado en 2002, cuenta con una superficie construida de 850 metros cuadrados, a los que se suma una parcela con otros 17.500, según el anuncio de venta. Tras la restauración, el inmueble fue reconvertido en Casa Museo de Rafael Seco, padre de Manuel Seco de Arpe, que la heredó de sus antepasados y decidió convertirla en un espacio cultural destinado a exposiciones y conciertos, con capacidad para 400 personas.
Además, Seco de Arpe adosó a la ermita su propia vivienda, que dispone de dos plantas de 145 metros cuadrados cada una y una torre de dos pisos de 20 metros cuadrados por planta. Ahora, la falta de apoyo institucional y los compromisos profesionales del dueño, que es compositor y trabaja en Madrid, le han obligado a poner a la venta esta ermita que sirvió como escenario para el rodaje de la película Marcelino Pan y Vino, de Ladislao Wadja. «A la venta, impresionante conjunto histórico… donde se rodó Marcelino Pan y Vino«, reza el anuncio de la inmobiliaria, que también hace hincapié en el hecho de que Florián Rey rodó en este espacio la película La aldea maldita.
Asimismo, recuerda el anuncio que «en su sacristía se escondió el Lute en su última huida» y que el actor e intérprete Miguel Bosé rodó un vídeo. El inmueble ha sido el hogar de la familia Seco de Arpe durante los últimos cuatro años, tras realizar una apuesta personal para recuperarlo y destinarlo a usos culturales, debido a su «estratégica situación geográfica», dada su proximidad a Madrid, Ávila, Valladolid, Salamanca, Segovia o Toledo.
Durante los tres años que ha permanecido abierto al público como contenedor cultural, este espacio ha acogido a más de un millar de personas en ciclos de conciertos para escolares, dos festivales de verano y la sala de exposiciones, según Seco de Arpe.
El propietario reconoce la «muchísima pena» y «desilusión» que le produce sacar a la venta la ermita y el espacio que la rodea, pero la «falta de apoyo institucional desde Ávila y desde Castilla y León», han hecho «inviable» este proyecto.
La ermita de San Cristóbal, primera parroquia de esta localidad que apenas llega a los 400 habitantes, fue adquirida a mediados del siglo pasado al Arzobispado de Segovia, entonces propietario del templo, por Manuel de Arpe, que en aquel momento era el jefe de Restauración del Museo del Prado.
Sus deseos de recuperar el inmueble fueron cumplidos medio siglo más tarde por su nieto Manuel Seco de Arpe, que restauró y amplió unas dependencias que en la actualidad incluyen 70 obras de gran formato, realizadas por su padre, así como otras entre las que figuran «murales románicos, muebles góticos, tallas y cuadros».
«También cuenta con una original colección de grandes piezas de hierro, basadas en herrajes románicos, realizadas por Juan Francisco Pérez», según consta en la documentación, donde también se alude a «grandes candelabros, vitrinas, atriles y un impresionante brasero catedralicio».
Junto a las piezas de gran formato de Rafael Seco, el inmueble alberga también en su interior una parte del legado del abuelo del dueño, Manuel de Arpe, donde destaca La anunciación de El Greco, una talla de San Pedro del siglo XVII y otras piezas del periodo comprendido entre los siglos XV al XIX. Manuel Seco de Arpe habla con nostalgia de este edificio que forma parte de su pasado familiar y espera que sus nuevos propietarios «sepan apreciar el trabajo de restauración realizado».